Microsoft ha confirmado, por fin, las características clave de Xbox Project Scarlett, una consola de nueva generación que competirá directamente con PS5 y que llegará al mercado a finales de año.
Ya hemos hablado de ambas consolas en este artículo, donde tuvimos la ocasión de ver un resumen previo de las especificaciones de ambos sistemas que, al final, se ha confirmado. Esto quiere decir que no hay sorpresas en líneas generales, aunque todavía quedan algunos detalles en el tintero que podrían acabar por marcar una diferencia importante, como por ejemplo la cantidad de memoria que montarán ambas consolas y si habrá retrocompatibilidad en Xbox Project Scarlett.
El tema de la retrocompatibilidad es clave. Sony ha confirmado que PS5 podrá mover los juegos de PS4-PS4 Pro, así que ahora la pelota queda en el tejado de Microsoft, compañía que, curiosamente, apostó por una retrocompatibilidad total con Xbox One y Xbox One X. En principio no tiene motivos para alejarse de ese enfoque con su próxima consola, pero hasta que no tengamos confirmación oficial es imposible darlo por seguro.
Xbox Project Scarlett será «cuatro veces» más potente que Xbox One X
Ese ha sido, sin duda, uno de los comentarios que más impacto ha tenido durante el anuncio oficial de la consola, y es perfectamente comprensible. Xbox One X tiene una potencia bruta de 6 TFLOPs en FP32 (precisión simple), si nos dejamos llevar por una interpretación literal del comentario del gigante de Redmond la potencia de Xbox Project Scarlett debería ser de 24 TFLOPs, una cifra que, ahora mismo, no consigue ni siquiera una RTX TITAN de NVIDIA.
No hay que entrar en complejas explicaciones para darse cuenta de que es una exageración por parte de Microsoft, y que la diferencia real entre Xbox Project Scarlett y Xbox One X en términos de potencia bruta no será tan enorme como asegura el gigante de Redmond. Habrá una diferencia de rendimiento importante entre ambas, pero no debemos esperar que la consola de nueva generación de Microsoft sea capaz de multiplicar por cuatro el desempeño de Xbox One X.
Xbox One X es una consola capaz de mover juegos en resolución 4K a 30 FPS, aunque en muchos casos recurre al reescalado para alcanzar dicho conteo de píxeles. Microsoft ha dicho que Xbox Project Scarlett alcanzara los 8K y 120 FPS, pero está claro que se refiere a resolución y tasa de fotogramas máxima, y no al nivel que podremos esperar en juegos de nueva generación. En este sentido cabe esperar que las consolas de nueva generación apuesten por ofrecer 4K nativo con medias estables de 60 FPS en la mayoría de los casos, algo que para la generación actuales «un imposible».
PS5 y Xbox Project Scarlett frente a frente: ¿cómo posicionan?
Como recordarán nuestros lectores habituales en artículos anteriores ya dijimos que tanto Sony como Microsoft iban a aportar por AMD como proveedor de CPU y GPU, dos soluciones que vendrán semipersonalizadas y que ofrecerán, por tanto, unas características únicas que no veremos directamente en modelos para el mercado de consumo general. Esto no es nuevo, ya ocurrió con PS4 y su GPU equipada con 1.152 shaders, que posicionaba entre la HD 7850 (1.024 shaders) y la Radeon HD 7870 (1.280 shaders).
Microsoft ha confirmado todo lo que esperábamos: procesador Zen 2, unidad gráfica Radeon Navi, memoria GDDR6 unificada, unidad SSD y trazado de rayos, demás de la resolución 8K y los 120 FPS. Sobre el tema del trazado de rayos y el uso de resoluciones tan elevadas ya hablamos recientemente cuando repasamos cinco mitos sobre PS5 que debíamos olvidar, así que no vamos a profundizar en algo que ya está más que explicado. Con todo, os recuerdo que el soporte de trazado de rayos es algo que resulta demasiado pesado incluso para las GeForce RTX serie 20 de NVIDIA, que cuentan con hardware dedicado para soportar dicha técnica de renderizado, así que la llegada de esta tecnología a las consolas de próxima generación será un primer paso muy modesto.
Aunque todavía no tenemos todas las especificaciones detalladas del hardware que montarán ambas consolas podemos ofreceros un primer vistazo comparativo para que tengáis claro cómo posiciona Xbox Project Scarlett frente a PS5, y qué podemos esperar de cada consola.
Especificaciones de Xbox Project Scarlett
- Procesador Ryzen basado en Zen 2 con 8 núcleos y 16 hilos a 3,3 GHz.
- 24 GB de GDDR6 unificada y 3 GB de DDR4 para sistema operativo.
- Bus de 384 bits (634 GB/s).
- GPU Radeon Navi con 3.584 shaders a 1,5 GHz, potencia total de 11,1 TFLOPs (rendimiento similar a una GTX 1080-Radeon RX Vega 64).
- SSD de 256 GB NVMe (1 GB/s) con 1 GB de DDR4 como caché.
- HDD de 2 TB.
- Sistema de refrigeración basado en cámara de vapor y soporte de trazado de rayos.
- Sonido 3D.
Microsoft ha confirmado, además, que podrá utilizar el SSD de alto rendimiento como memoria caché, lo que permitirá mejorar los tiempos de carga de los juegos y dar un pequeño empujón al rendimiento en general. Para que nos hagamos una idea más clara de lo que esto supondría estamos ante un caso que recuerda, con matices obvios, a la memoria eSRAM presente en Xbox One-Xbox One S.
Especificaciones de PS5
- Procesador Ryzen basado en Zen 2 con 8 núcleos y 16 hilos a 1,8 GHz de frecuencia base, 3,2 GHz en modo turbo..
- 24 GB de GDDR6 unificada y 4 GB de DDR4 para sistema operativo.
- Bus de 384 bits.
- GPU Radeon Navi con una potencia total de 13-14 TFLOPs (su rendimiento sería similar también al de una GTX 1080-Radeon RX Vega 64).
- SSD PCIE NVMe de alto rendimiento.
- HDD como unidad de apoyo.
- Sistema de refrigeración personalizado y soporte de trazado de rayos.
- Sonido 3D.
No tenemos información concreta sobre el ancho de banda de la memoria unificada, tampoco sobre la capacidad de la unidad SSD ni sobre el total de shaders que traerá la GPU, pero lo más probable es que acabe siendo similar o casi idéntico a lo que hemos indicado al hablar de la consola de Microsoft.
La nueva generación llega a finales de año por 500 dólares
Esa es la cifra mágica que están dando tanto los expertos como los principales analistas de mercado. Pensar en una consola de nueva generación equipada con esas especificaciones y que tenga un precio tan contenido nos resulta descabellado, y es normal, pero como como dijimos cuando analizamos los detalles de PS5 debemos tener en cuenta que todo eso debemos contextualizarlo en 2020.
Para cuando se produzca el lanzamiento de Xbox Project Scarlett y PS5 ya tendremos entre nosotros los procesadores Ryzen 3000 y puede que AMD haya anunciado incluso a sus sucesores, siempre que mantenga el ciclo de renovación anual que hemos visto desde 2017. También cabe la posibilidad de que se haya estrenado la nueva generación gráfica de NVIDIA, lo que significa que ninguna de las dos consolas traerá componentes de última generación.
Esta sencilla explicación nos permite entender la importancia de contextualizar especificaciones, precio y fecha de lanzamiento de un determinado equipo o sistema, y es que ya se sabe, un año y medio es mucho tiempo cuando nos movemos en el mundillo tecnológico.
Con esto en mente la idea que Xbox Project Scarlett y PS5 lleguen al mercado con ese nivel de hardware y con un precio de «solo» 500 dólares tiene mucho sentido, pero no debemos olvidar, además, que tanto Microsoft como Sony tendrán acuerdos exclusivos con AMD y con otros proveedores que les permitirán conseguir todos los componentes que necesitan a un precio contenido, lo que al final acaba reduciendo el coste de producción de ambas consolas y permitirá ajustar mejor el precio de venta.
No podemos cerrar este punto sin hacer un inciso importante. Ahora mismo montar un PC capaz de competir con ambas consolas representa una inversión importante, tanto que prácticamente doblaríamos esa cifra de 500 dólares, pero si ponemos la mirada en 2020 está claro que ese coste se reducirá de forma considerable.
Notas finales: la guerra de la nueva generación estará en los exclusivos
Con la generación actual de consolas ya hemos visto una cierta tendencia a la paridad en términos de hardware y potencia bruta, una estrategia que se verá claramente potenciada con la llegada de Xbox Project Scarlett y PS5 y que llevará la guerra por triunfar en la nueva generación de consolas a un plano muy concreto: los juegos exclusivos y los servicios.
Los juegos exclusivos de PS4 se acabaron imponiendo a los juegos exclusivos de Xbox One, algo que unido a la mayor potencia de la primera permitió a Sony alzarse con una victoria indiscutible en la presente generación de consolas. Con la próxima generación podremos eliminar de la ecuación casi por completo las diferencias a nivel de hardware, y salvo sorpresa el precio de Xbox Project Scarlett y PS5 debería ser también prácticamente idéntico.
Microsoft y Sony tendrán que trabajar duro para dar forma a los mejores juegos exclusivos, y también por ganarse el interés de los usuarios a través PS Plus y Xbox Live, aunque no podemos descartar que se produzca la llegada de nuevos servicios que ofrezcan determinados contenidos a precios reducidos. El Xbox Game Pass es uno de los mejores ejemplos.
La competencia entre ambas compañías va a ser feroz. Podríamos pensar que Sony parte con ventaja gracias a la contundente victoria que se ha vivido en la presente generación, pero no debemos caer en el error que supone dar por hecho cosas que aún no han ocurrido. Basta recordar, por ejemplo, lo sucedido con Xbox y PS2 y lo que vimos después con Xbox 360 y PS3.
Con todo, lo que sí debemos tener claro es que en esta ocasión Sony y Microsoft no están solas. El servicio de juego en al nube está empezando a ganar terreno y cada vez nos encontramos con jugadores más importantes que prometen hacer que las consolas sean algo del pasado.
GeForce Now es uno de los más conocidos. NVIDIA está trabajando en pulir este servicio desde hace varios meses, y aunque la experiencia en general es buena todavía quedan algunas cosas por pulir para conseguir que sea una opción verdaderamente atractiva para el usuario.
Otro rival a tener en cuenta es Google. La compañía de Mountain View ha jugado muy bien sus cartas con Stadia, una plataforma de juego en la nube que promete juegos en 4K y 60 FPS por 9,99 euros al mes, y juegos en 1080p y 60 FPS de forma gratuita. Sí, gratis, solo tendríamos que comprar los juegos y listo.
Es una idea muy interesante que creo que no todo el mundo ha valorado como merece. El plan gratuito de Stadia elimina el coste que supondría, por ejemplo, montar un PC para jugar en 1080p o una consola capaz de llegar a ese nivel. Pensadlo por un momento, puede acabar siendo un duro golpe a la industria y marcar un antes y un después en el sector, ya que no tendríamos que comprar hardware ni pagar por alquilar servidores para disfrutar de nuestros juegos favoritos.
Habrá que esperar a ver el potencial real de Stadia, la experiencia que consigue tanto en términos de latencia como de calidad gráfica y, sobre todo, el nivel de nitidez real que consigue frente a la que tendríamos ejecutando esos mismos juegos de forma nativa. A esto se une otros elementos fundamentales, la estabilidad del rendimiento y la fluidezcuando los servidores operen con altas cargas de trabajo y la disponibilidad del servicio.
Xbox Project Scarlett y PS5 van a marcar el inicio de una nueva generación de consolas, pero es curioso ver que los cambios más revolucionarios podrían venir de la mano de Google, una compañía que tiene recursos suficientes como para entrar en el mundo de los videojuegos con una consola propia, pero que ha preferido pasar de hacer negocio a través del hardware en sentido estricto y ha optado por introducirse en el sector a través de una apuesta que prioriza una mezcla de servicios y software.
En lo personal debo decir que compré PS4 en su momento por los exclusivos, y tengo claro que cuando lleguen Xbox Project Scarlett y PS5 haré lo propio si se produce la llegada de algún exclusivo que me resulte imprescindible. Bloodborne 2 sería, sin duda, uno de ellos.
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